Los usos del diagrama de flujo tienen diversas
aplicaciones tanto en el ámbito académico como en todo tipo de procesos en los
que se pretenda ilustrar de manera gráfica cada paso y etapa que va sucediendo.
En este sentido un organizador gráfico como el
diagrama de flujo se convierte en una excelente herramienta de capacitación y
aprendizaje, que como recurso permite ser implementado no solamente en el
ámbito educativo sino además en lo profesional y en las empresas.
De manera simple podría entenderse como el
seguimiento ilustrado de una serie de rutinas o procesos, pero visto de otro
modo, suple de mejor manera lo que pudiera ser un simple texto instructivo que
al no permitir su visualización global, en un comienzo obligaría a cualquiera a
remarcar en sus partes más importantes los elementos a tomar en cuenta.
Por lo tanto, un diagrama de flujo nos permite
representar hechos, acciones, actividades y acontecimientos que, de ameritar un
debido control y seguimiento, es mejor tener dicha información a la mano y de
forma gráfica. No se diga entonces el gran apoyo que ofrece en un proceso de
investigación documental y de campo.

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